jueves, 21 de enero de 2010

Una cuarteta


De su obra poética tan sólo se recuperó la pequeña nota que había mantenido en su puño. estaba escrita con urgente y minúscula caligrafía en el reverso de un trozo de mapa y en ella podía leerse lo siguiente:
 
 De la muerte que nos damos
 son las palabras ardientes
 castigos precipitados
  y testigos permanentes.

Estaba fechada en Tombuctú a 12 de marzo de 1927 y firmada con su nombre de pila envuelto en una temblorosa rúbrica. Encabezaba la cuarteta una única palabra, probablemente otro nombre, pero ilegible. De sus efectos personales sólo se encontró la brújula de reglamento, una cantimplora vacía y una insignia de la infantería colonial.

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