miércoles, 26 de enero de 2011

En tecnicolor, mejor


La marca decisiva sobre las historias venía siendo la cronológica. Corren tiempos en que, cada vez más, se les impone un sesgo cromológico que empuja los finales, según criterios aparentemente espectrales, hacia el frígido violeta o hacia el tórrido rojo. Con esa deriva hacia lo mustio o hacia lo alegre que marca el relato, el tiempo ha dejado de ser un factor ineluctable, hasta para la Historia.

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