domingo, 24 de abril de 2011

Mundo sin días



Son espejismos que amanecen como días, días en que contemplas el mundo pasmado, como quien está ante una obra acabada, destinada a celebrar la gloria de los viejos días, días cada vez más extraños y ajenos, atacados de esa hueca solemnidad, tan fácil de reconocer en los falsos días, días a los que crees volver para revivir y en los que sólo encuentras un sórdido retrato de lo posible, de aquellos mundos una y otra vez repetidos, que atenazan a este necesitado mundo, del que empiezas a sospechar que se ha quedado sin días.

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