martes, 20 de julio de 2010

Peldaños gramaticales


Tras el amplio espectro de lo expresable, con su elástica gramática lingüística, estaría el espectro de lo visible, con una naciente gramática icónica reconocible en las artes visuales y cada vez más presente en los canales mediáticos, y detrás de éste aún quedaría un último espectro, el de lo sensible, cuya gramática, tantas veces en ciernes y adivinada, carece aún de estructura conocida. Aprovechar estos tres peldaños para echar a volar la mente con la intención de dotar de lenguaje y poder dominar cualquier tipo de situación es una propuesta ambiciosa pero aventurada, teniendo en cuenta la cantidad de aspectos de los que depende nuestra manera de actuar y que, pese al progresivo alcance de ese triple espectro, están por definir.

Si de la estructura que tienen las sensaciones sabemos poco, tampoco podemos ser muy rotundos sobre lo visible ya que nos asaltan numerosas dudas. Para empezar no sabemos con claridad cómo se refleja en las redes icónicas la complejidad expresiva que caracteriza algo tan fundamental como las ideas, ni cómo crecerían o progresarían impulsadas por una lógica visual básica o un sentido común de lo visible, que apenas vemos desarrollado en nuestra conciencia, a diferencia de lo que sucede con las palabras.

A pesar de la incertidumbre en que nos movemos, creo que habrá que resignarse y empezar a aceptar que en la gramática visual venidera el vehículo no serán los conceptos, sino algo más parecido a los modelos gráficos funcionales, y que su lógica dependerá de su capacidad de simulación o de contraste con lo observado. En lo que respecta al tercer escalón, al de lo sensible en general, existen apoyos simbólicos y se habla de lenguaje de los gestos, o de la compleja significación del erotismo por ejemplo, pero los términos estructurales de lo expresado, salvo en la música, diría que todavía están por desarrollarse.


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