martes, 26 de octubre de 2010

Ganar el espacio



Sin aire ciertos organismos viven, sin espacio no. A partir de aquí se abona el equívoco principio de que con más espacio disponible hay más posibilidades de vida, e inmediatamente se colige que también habrá en ella más esperanza y más versatilidad. Con ese patrón, desde hace alrededor de un siglo, los proyectos de vida futura anuncian más calidad y una dosis de complejidad e inteligencia mayor. Los frutos obtenidos en esta segunda vía han sido medrosos, cuando no aberrantes. No es fácil saber en qué sentido progresa la inteligencia, pero ha sido frecuente verla invertida, gracias a la lógica implantada, en batallar para aumentar nuestro espacio vital. Atraídos por la tesis de que en el espacio se decide el dominio de nuestras acciones, hemos acabado confundiendo movilidad y libertad, disponibilidad y deseo, supremacía y vida.

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