lunes, 25 de octubre de 2010

Palabras para ti


Incluso dando por buena la intención, es distinto que te hablen, que se dirijan a ti o que te dediquen unas palabras. Cuánto más lo será si no damos la intención por buena, cuando esa dirección y esa dedicatoria no son más que formas retóricas de ganar atención y crédito para un discurso cuyas palabras se adivinan dudosas. Todo resulta aún más irritante cuando con esos oficios se busca hacer buena la intención y que el discurso interesado pase por paternal y didáctico.

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