lunes, 13 de diciembre de 2010

Fines y mundos


Tsingy de Bemaraha (Madagascar)
A diario sales de casa, te adentras en el laberinto, decides en cada una de las encrucijadas tu camino y, si la suerte te acompaña sin perder el norte y guía, regresas al punto de partida. Allí, sentado tranquilamente al abrigo, tienes la sensación de haber sorteado peligros invisibles pero ciertos y de que igual el fin del mundo no está allá donde creías, sino a la vuelta de tu propia esquina. Si sigues dándole vueltas, puede que te asalte la sospecha de que quizá no sea el fin del mundo, de que no existe tal mito, sino cosas más sencillas como tu mundo o tu fin. Por muy sabedor que te veas de mundos y de fines, no es ese paseo una experiencia con la que puedas fácilmente concluir nada. Desde ese refugio que alimenta sensaciones de peligro y frontera, parecería que tu mundo se acerca a su fin y, sin embargo, mañana mismo, cuando un nuevo laberinto se abra a tus puertas, comprenderás que tu fin está más cerca de ese mundo, tenga o no tenga fin.

No hay comentarios: