domingo, 17 de julio de 2011

Artistas anónimos


Imagen del American Museum of Natural History
A través del tratamiento microscópico la petrografía obtuvo un enorme margen de evolución, que ha contribuido a mejorar la clasificación de las rocas y a conocer su estructura y composición minerológica. El método no es nuevo y se lleva practicando desde hace décadas mediante la aplicación de técnicas cada vez más precisas y discriminantes. Lo relativamente nuevo es reunir resultados petrográficos y presentarlos en un formato más propio de las artes gráficas para dirigirlo a un público general. En la imagen aparecen cuatro cortes de un meteorito, de cada uno de los cuales se ha realizado una serie de cuatro tomas con distintas polarizaciones. Todas ellas se han reunido en un cuadro de dieciséis imágenes y variaciones que dan una radiografía parcial de la roca.

Frente al cuadro, lo que pueda ser científicamente significativo quizá quede fuera de nuestro alcance. Pero eso no nos hace incapaces de observar en él detalles como la granulación, la textura o el colorido, y apreciar su variación y armonía. Decidir si estos factores, que surgen de la simple visión del cuadro, son criterios estéticos, además de distintivos científicos, es algo que requeriría una discusión más extensa. Pero de aceptarse, cuadros como éste seguramente deberían registrarse entre las artes gráficas. Y sería así, pese a la falta de intención o de conciencia estética del «artista».


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